"Para escribir solo hacen falta dos cosas: tener algo que decir y decirlo" - Oscar Wilde

lunes, 3 de octubre de 2011

Soledad.

Soledad es mi segundo nombre, y no es chiste, de verdad lo es.

A veces es tan innevitable sentirse de una manera tan extraña, como que no eres parte de nada ni de nadie. Que no perteneces realmente al lugar en donde estás, pero no porque esté haciendo algo que no me guste, sino que simplemente no me siento bien.

Es un poco irónico, porque mientras escribo esto todos están haciendo algo distinto, inmersos en mundo tan diferente a lo que siento. Hay pequeños detalles que pueden destruir o hacer feliz a una persona. Supongo que soy demasiado social, demasiado de piel y que extraño que existan personas que sean capaces de leer en mis ojos como me estoy sintiendo. Aunque tengo la ligera sospecha que nadie puede comprender la complejidad ni se sus propios pensamientos... menos de los míos.

Me autodestruyo. Me ahogo. Me siento sola.

Quisiera que alguien me escuchase. Pero me cuesta tanto encontrar a la persona adecuada para decirle como me siento.

Me siento egoísta y envidiosa, porque necesito llamar la atención como lo hacen otras personas, pero no lo logro. Yo no soy lo suficientemente interesante para el mundo, como el mundo lo es para mí. Creo que siempre quiero dar mucho de mí y cuando lo intento tanto y tan duro, me entristece que las cosas no sean recíprocas.

Así que eso... supongo que a veces mi nombre pesa.

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