Hace poco leí un estado de facebook diciendo: "Y lo reitero, no doy segundas oportunidades, a nadie. Incluso cuando eso me destroce." Y creo que le encuentro razón. A diferencia de esa persona, yo sí doy diferentes oportunidades, no me malentiendan. Pero cuando alguien decide dar una segunda oportunidad, está arriesgando todo de nuevo. No me refiero a las segundas oportunidades de volver a intentar a hacer una acción como hacer una prueba o pararte cuando te caíste de la bicicleta. No, me refiero a esas segundas oportunidades más profundas, más sentimentales, más personales.
Por ejemplo, está esta persona que te hizo mucho daño, que te ofendió o que te decepcionó tremendamente. Tú decides darle una segunda oportunidad, sabiendo que te arriesgas a que vuelva a hacerlo. Y no hay nada peor que decepcionarse de alguien por segunda, tercera, incluso una cuarta vez.
Sí, yo doy segundas oportunidades, a pesar de saber que estoy arriesgando mucho mi corazón. A veces pienso que soy ilusa o ingenua, pero yo soy plenamente consciente de que cuando alguien pierde mi confianza es muy poco probable que yo vuelva a confiar de nuevo. No quiero que se piense que soy una especie de amargada. Sólo soy muy, muy, demasiado reservada.
Hace poco me dijeron que soy una persona difícil de conocer. Y yo me sorprendí, por supuesto, me encanta hablar de mí y hablo mucho. Y de repente me veo en retrospectiva y me doy cuenta de que realmente, soy muy complicada. Nadie me conoce realmente. Es difícil que alguien pueda llegar a conocerte como eres realmente si ni tú misma tienes claro quién eres.
Así que ahí está la cuestión ¿quién soy?. No espero que las personas comprendan mi razón de ser así, ni mucho menos espero que me quieran (Mentira, sí espero que me quiera, anhelo que me quieran. Se supone que de eso se trata el "amor" en todas sus facetas). Pero así soy yo.
Volviendo al tema principal.
Dar segundas oportunidades es complicado. Tienes que prepararte psicológicamente a perdonar de verdad y a estar dispuesta a abrirle las puertas de tu vida a alguien que te podría defraudar otra vez. Es lógico que exita gente que no quiera hacerlo. Incluso yo, elijo a quién darle una segunda oportunidad o no. Obviamente hay que ser selectivos. Sin embargo, con filtro y todo, volví a decepcionarme de las personas, pero no me arrepiento de haberlas dado. Porque no soy quien para juzgar a nadie. No somos perfectos. Algunos tal vez nunca salimos de nuestros errores y tal vez era yo la que estaba equivocada. Así que he descubierto que lo importante es arriesgarte. Aunque sientas el temor en lo más profundo de ti.
La vida es muy aburrida si no te arriesgas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario