Hoy tengo esas ganas de querer salirme de mí misma y golpearme. Ojalá fuese posible.
Hace tiempo que no me sentía de esta manera... y yo debo ser muy idiota para que me esté pasando ahora. Porque al fin y al cabo "cosechas lo que siembras" y yo misma sembré la tontería que está creciendo en mí ahora. Es que... ¿a quién se le ocurre hacer lo que yo hago? Como que no quiero revelar mucho, porque eso significaría de cierta manera que estoy reconociéndolo públicamente.
Creo que de repente, nosotras las mujeres realmente nos ponemos estúpidas. En el fondo, siempre nos gusta el tipo difícil, que nos ignora, que hay un coqueteo loco y no pasa nada, que después 'si te he visto, no me acuerdo'. Lo peor, lo peor... es que cuando el objeto de tus obsesiones es alguien con quién ya estuviste antes... y que su amistad te importa tanto, tanto, que jamás harás una movida, a menos que esa persona se lance. Pero es imposible que se lance por que... sí, adivinen quién fue la que terminó primero: yo.
Bueno, tal vez no es imposible que se lance, tal vez... podría pasar, pero enfrentémoslo. Si deja de ser difícil ¿seguirá teniendo el mismo encanto? Esto me huele a encaprichamiento adolescente. Y tengo que decirlo, la adolescencia me está dejando atrás. Así que me digo a mi misma: "Misma, déjate de llorar. Afronta las consecuencias. Enfócate en lo que tienes que hacer".
Pero me siento tan estúpida que solo pido: Tierra trágame. Tierra azótame. Tierra patéame. Tierra mátame.
O resetea mi cerebro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario