Ayer, el titular del diario nacional "Las Últimas Noticias" rezaba: "El último vuelo del halcón". Era un poco cruel, un poco desatinado... para el dolor que se está viviendo en todo Chile. Sin embargo, es la verdad... y eso no quita que siga siendo triste.
El viernes recién pasado, 21 personas dispuestas a ayudar, dispuestas a hacer de Chile un país mejor, dispuestas a cambiar el mundo con su alegría y generosidad sufrieron un terrible accidente camino al archipiélago Juan Fernández. Habían caras conocidas, caras famosas, caras no tan famosas, caras que pasaban desapercibidas. Ahora todos son famosos.
¿Cuántas tragedias pueden pasar en tan poco tiempo?
Es tan terrible. Es... demasiado terrible. Ahora mismo están dando un reportaje en la TV hablando de estas grandes personas que nos han dejado. Es una lástima no poder conocerlas personalmente y poder maravillarse frente a ellas de las cosas buenas que hicieron, las cosas que estaban haciendo.
Iba un matrimonio. El arquitecto a cargo de la construcción de las escuelas modulares que estaban viendo le había contado maravillas a su mujer y ella quiso ir con él esta vez. Éste viernes partieron ambos y dejaron a tres niños huérfanos.
Un joven de la FACh dejó a su mujer y un hijo pequeño. Probablemente no llevaban mucho tiempo de matrimonio.
Un empresario ejemplar que dejó atrás a su familia.
Un conductor de un matinal que dejó atrás a su reciente reencontrada pareja, su adorado campo y sus amados animales.
Dos mujeres dispuestas a insertar un lugar para la cultura estable allí. Una de ellas dejó tres hijos, entre ellos, un pequeño de 8 meses.
No sé más de ellos... solo puedo deducir que murieron por querer hacer una buena acción.
Eran buenas personas...
Espero que el Señor los tenga con Él y que les envíe el consuelo que necesitan sus familiares y seres queridos.
Ojalá que estos 21 ángeles nos brinden un poco de su guía para poder llegar a ser tan generosos y continuar con su labor... para honrarlos dignamente. Tal como se lo merecen.
Este es un remezón para el mundo, para Chile, para mí.
Este es el sentimiento colectivo de las personas cuando los/as chicos/as buenos mueren...