Tuve que aprender a base de costalazos que cuando dices las cosas sin pensar puedes herir a alguien. Como todos, cometo errores en esta vida y me arrepiento. Sin embargo, no sé si por estupidez, orgullo o timidez es que después no me atrevo a pedir disculpas… y al final, ya pasó la vieja (como se dice popularmente).
Lo descubrí porque lo he comprobado en carne propia. A veces, las personas dicen cosas que te hieren sin saberlo. Y así mismo como no soy capaz de yo pedir perdón por alguna estupidez que yo dije, soy incapaz de decirle a esa persona que lo que dijo me dañó. Así que es un círculo vicioso. Yo hiero a alguien y alguien me hiere a mí. Es como que el “karma” me la devuelve.
Pero me he sentido tan como la mierda últimamente que estoy tratando de ser cuidadosa con lo que digo, porque pareciera que ahí, justo cuando digo algo imbécil hay alguien atento dispuesto a reprocharme que lo que dije está mal y yo me siento peor, porque todo es tan rápido, tan efímero que ni siquiera puedo alcanzar a pedir disculpas, porque a veces de verdad quiero hacerlo, pero me interrumpen tan rápido que ni siquiera puedo hablar.
De hecho, hace un par de días yo estaba contando una historia muy emocionadamente y de repente, llega otra persona y mi tema queda en el olvido. Y ¿saben qué? Me dolió. No porque yo quiera llamar la atención, sino porque eso me hace darme cuenta que en realidad nadie está interesado en lo que me pasa, en mis historias, en mis dilemas, en mi vida. Ahí caigo en el hecho de “tal vez sí quiera llamar la atención”, pero no lo hago en lo absoluto, porque “nadie me pesca”.
Estuve tan sensible y apenada por la vida que cuando alguien mostró el mínimo interés por mí quise puro echarme a llorar desconsoladamente en sus brazos. Pero me retuve y me alejé, aunque por dentro lo único que quería era gritar que NO, no estaba nada de bien.
Lo peor de todo, es que cada vez que escribo algo así, son puras indirectas para el mundo, para la gente que me conoce, como diciendo a vox populi: ¡Hola, yuju, estoy aquí!
Y, típico, nadie lee esto.