"Para escribir solo hacen falta dos cosas: tener algo que decir y decirlo" - Oscar Wilde

miércoles, 29 de agosto de 2012

Mentes poderosas

Cuando dicen que toda patología extraña puede sucederle a un médico o al familiar de un médico, es cierto. ¿Es una maldición o es algo que llamamos?.

Una vez estaba en mi casa con mi mamá y una de sus amigas; yo solté un comentario de que como mi tía y mi bisabuela habían tenido cáncer a la tiroides éramos propensas a tenerlo nosotras también y entonces ella me dijo que tuviese cuidado con lo que decía y me explicó cómo nuestras mentes llaman a las enfermedades. Que una vez a su hijo le dijeron "No andes a pies pelados, porque te vas a enfermar" Y luego, él se resfriaba.

Me dijo que estábamos en un sistema que nos decía tanto las cosas que nos podrían pasar que nuestra mente somatizaba lo que creíamos. Desde entonces traté con fuerza de no pensar en que cualquier cosa me podría pasar a mí, si hago o no hago tal cosa.

Nunca se me ha olvidado eso, ella me contó varias anécdotas que ahora mismo no recuerdo, pero que me hicieron creerle y a medida que he puesto en práctica el tener un pensamiento positivo y alejado de las enfermedades es que no me ha dado nada raro.

El problema es esta psicosis colectiva en la que todos creen que tal vez nos lleven a tener diversas enfermedades que quizá ni siquiera debiésemos tener.

Ahora pienso y recuerdo que hace un mes más o menos, mientras estaba un poco ebria y desabrigada en el patio de mi casa, en medio de una junta de primos, pensé poderosamente "Me voy a enfermar" Una semana después estaba enferma.

Nuestra mente es tan poderosa de hacernos creer y de lograr efectos a nivel de nuestra salud, porque realmente creemos y eso provoca que todo factor que nos lleve a esa enfermedad se desarrolle... Estoy tratando de decir que al pensar que podemos tener tal enfermedad, dejamos a nuestro cuerpo indefenso porque nuestro cerebro no cree que sea capaz de protegernos, pero se ha demostrado que la mente es poderosa.

Recuerdo claro el día cuando una compañera me dijo que probablemente ella misma había llamado a sus malas notas, porque partió el año diciendo "Me va a ir mal" y le fue mal. Que su marido le había diho que sus decretos eran poderosos. Entonces, me enseñó que nunca hay que decretar de manera negativa, porque se suprimía el "no". Es decir, si voy a decretar no debo decir "No me va a ir mal". Tengo que decir "Me va a ir bien".

Si ahora junto esas dos enseñanzas separadas en el tiempo, pienso que en realidad son cosas similares. Podríamos decretar "Vamos a tener una buena salud". Los médicos no debiesen ser parte de esa teoría absurda de que patología extrañana que hay, patología que le ocurre a un familiar o él mismo. La sociedad está tan arraigada a esa creencia que tal vez nosotros mismos llevamos las patologías extrañas a las familias. La única razón por la cual alguien podría tener una enfermedad es porque no se cuidó lo suficiente, no por creencias anticuadas. Y yo que estoy estudiando medicina no quiero ser la que llame algún malestar a los míos, así que hoy decreto:

"Mi familia y las familias de los médicos van a tener vidas saludables"

Y a aquellos que ya están siendo afectados, les deseo y decreto de todo corazón: "Todo va a estar bien".

martes, 28 de agosto de 2012

Carpe diem, tempus fugit

"Alguien dijo un día una indudable verdad: Olvidamos las pequeñas alegrías por lograr la gran felicidad" - Fantasía o Realidad, Alex Ubago

Me di cuenta que lo que más me ha ayudado a mantenerme en mi estado de felicidad es recordar esos pequeños momentos que Alex dijo que olvidábamos. Es extraño ver como existen canciones que te pueden dejar ese tipo de enseñanzas; creo que ya la he repetido tanto, esa canción en particular, que de cierta forma la tengo incorporada dentro de mí.

Porque díganme, ¿a quién no le ha pasado que cuando ocurrió algo particularmente divertido en tu día luego cuando lo recuerdas más tarde, te vas riendo solo? A mí me pasa muy seguido; recuerdo escenas que viví o que leí en algunas de esas historias que me gusta leer. Me encanta pensar en esas cosas, aunque la mayoría de la gente se extrañe de una chica loca que va sonriendo por la calle, como desentonando con el resto del mundo. De hecho, muchas veces trato de controlar mi sonrisa para que la gente no piense de mí esas cosas y ahora... yo creo que simplemente debería mostrarles mi sonrisa a todos.

Me gustaría dejar ese tipo de marca en el mundo. Una marca que haga que todos puedan sonreír, porque son incapaces de olvidar esos momentos de felicidad en su vida. Que sonrían sin necesidad de tener una razón por la cuál sonreír, simplemente por se siente feliz.

Obviamente no descarto que vayan a pasar cosas que los hagan sentirse tristes, porque es algo que va a suceder: Un corazón roto, la muerte de un familiar, un día de desánimo. 

El problema realmente está en que -a veces- en ese preciso momento, no somos capaces de recordar aquellos momentos divertidos. Y entonces nos falta ese alguien que nos diga: "¿Recuerdas esa cosa tan divertida que pasó hace tantos días?". Y que nos hagan reír.

Ojalá todos pudiésemos burlarnos de nosotros mismos y disfrutar más de las estupideces que pasan diariamente.

Veo a gente que alguna vez fueron amigon y ahora son incapaces de estar en el mismo lugar. Entonces, me pregunto si recordarán todas esas cosas chistosas que vivieron juntos. ¿Lo hará sonreír el recuerdo? ¿Ese recuerdo no es lo suficientemente poderoso como para que puedan por lo menos llevar una relación cordial en vez de no tener ninguna en absoluto?. Yo misma pasé por esa situación y puedo recordar cosas con diversión, añorarlos incluso, y aunque sé que ya no es lo mismo, podemos llevar una relación tranquila y disfrutan como lo harían un grupo de conocidas que se están haciendo totalmente amigas.

Creo que me desvié un poco del tema principal. Ahora quiero terminar con una sencilla tarea para el que lea esto: Recuerden los mejores momentos de su vida. La felicidad y las risas vendrán por sí solas.

Disfruten cada momento porque como dice mi frase favorita: El tiempo es fugaz, así que aprovecha el día.



miércoles, 8 de agosto de 2012

Tal cual soy

Me da gracia pensar que el lema de mi blog no puede ser más acertado. Estuve releyendo un par de entradas y me di cuenta que realmente no es tan difícil conocerme, después de todo. Tal vez sea un poco -muy- enigmática para describirme, para decir lo que pienso o lo que está pasando por mi mente. Pero... es cosa de meterse aquí y es como estar en mi cabeza. Tampoco soy tan críptica, aquí es muy fácil decir todo lo que estoy sintiendo, porque según yo nadie lee esto. 

De verdad, si una persona que realmente está interesada en conocerme debería leer mi blog. 

Hay personas que saben que yo escribo, pero nunca se han dado cuenta de la profundidad de las cosas que escribo. Debería sentirme molesta con las personas que me importan por no conocerme lo suficiente o por no interesarse en mí lo que me gustaría. Tal vez debería sentirme herida, pero no es así. Las pocas personas que leen mis cosas (por no decir la única que lee a parte de mí misma) saben lo compleja que puedo llegar a ser. Como lo estoy siendo ahora, básicamente me estoy quejando de que el mundo no me quiera lo suficiente. Y no estoy ni molesta ni herida. 

Me encanta darme cuenta que mientras haya alguien dispuesto a conocerme, yo estaré dispuesta igualmente a que me conozca. Tal vez sea un poco dura para soltar prenda, pero es tan simple como venir aquí y leer. El problema es que a la gente no le gusta mucho leer. Así que con eso resumo que son muy pocas las personas que me conocen realmente.

Es difícil darse a conocer, una vez una de mis compañeras de universidad me dijo que como yo tenía esta alma de escritora a mí me encantaba "dar" más que "recibir", como que me permitía más darme a conocer que escuchar y conocer a las otras personas, pero no es así. Yo soy más reflexiva. Me doy cuenta de lo que pasa a mi alrededor, a veces más que otras personas. Pongo de ejemplo que me di cuenta antes que mi mejor amiga que le gustaban ciertos chicos. 

Me encanta darle amor y cariño a las personas que quiero. Así como me encantaría recibir de  parte de ellos el mismo afecto, pero no sucede tan a menudo. Solía sentirme sola por eso.

Ahora trato de ser una persona más feliz y optimista; creo que en general ha funcionado. 

Sin embargo, ser feliz y optimista no quita que soy muy emocional. Lloro literalmente con todo. Todavía recuerdo cuando una amiga me dijo: "me encanta verte así de feliz" y yo casi me echo a llorar ahí mismo. Suena ridículo emocionarse por notar el cariño de los demás, pero así de apasionada puedo ser.

Vivo todo intensamente. Y me encanta ser así. 

Estoy demasiado contenta con ser yo.

Tierra trágame, mátame, patéame.

Hoy tengo esas ganas de querer salirme de mí misma y golpearme. Ojalá fuese posible.

Hace tiempo que no me sentía de esta manera... y yo debo ser muy idiota para que me esté pasando ahora. Porque al fin y al cabo "cosechas lo que siembras" y yo misma sembré la tontería que está creciendo en mí ahora. Es que... ¿a quién se le ocurre hacer lo que yo hago? Como que no quiero revelar mucho, porque eso significaría de cierta manera que estoy reconociéndolo públicamente.

Creo que de repente, nosotras las mujeres realmente nos ponemos estúpidas. En el fondo, siempre nos gusta  el tipo difícil, que nos ignora, que hay un coqueteo loco y no pasa nada, que después 'si te he visto, no me acuerdo'. Lo peor, lo peor... es que cuando el objeto de tus obsesiones es alguien con quién ya estuviste antes... y que su amistad te importa tanto, tanto, que jamás harás una movida, a menos que esa persona se lance. Pero es imposible que se lance por que... sí, adivinen quién fue la que terminó primero: yo.

Bueno, tal vez no es imposible que se lance, tal vez... podría pasar, pero enfrentémoslo. Si deja de ser difícil ¿seguirá teniendo el mismo encanto? Esto me huele a encaprichamiento adolescente. Y tengo que decirlo, la adolescencia me está dejando atrás. Así que me digo a mi misma: "Misma, déjate de llorar. Afronta las consecuencias. Enfócate en lo que tienes que hacer".

Pero me siento tan estúpida que solo pido: Tierra trágame. Tierra azótame. Tierra patéame. Tierra mátame.

O resetea mi cerebro.