"Para escribir solo hacen falta dos cosas: tener algo que decir y decirlo" - Oscar Wilde

sábado, 31 de diciembre de 2011

Reflexiones en Víspera de Año Nuevo

31 de diciembre, 2011.
2:53 AM.
¿Alguna vez han sentido esa sensación de que te pican las manos por hacer algo? ¿Les ha pasado que en su cabeza reproducen una y mil veces eso que tanto quieren hacer? Pues a mí me pasa muy seguido, cuando quiero escribir. De hecho, hace un par de minutos atrás estaba precisamente pensando en escribir algo como esto, mientras me movía por la casa buscando cosas para prepararme para “dormir”.
Hoy es el último día del año. Un día peculiar, por no decir menos. Es un día en el cual (se supone) uno debería de reflexionar de todo lo que hizo este año y de cómo podría hacer para mejorar el año que sigue.
Lo primero que pensé, cuando me dieron ganas de escribir esto, fue un recuerdo. Hace un par de años nuevos atrás (y creo que son más de un par), escribí en mi diario de vida como loca toda la última semana de ese año. Y terminé el diario de vida el último día del año, también. Sin embargo no es de eso de lo que me acordé sino que escribí sobre el placer de tomar un café en la mañana, mirando el mar. Realmente no me acuerdo mucho de todo el contexto y no sé si ese escrito estará por ahí, porque ni siquiera sé donde está mi diario de vida de aquel entonces. Y debo decir que hace tiempo que no tomo mi nuevo cuaderno.
Lo que me lleva a una segunda cuestión: Siempre que termino de escribir una historia… se me pierde. ¡Sí! Después de todo el “esfuerzo” y de imaginar tanto, de crear situaciones, personajes y relaciones se me pierde. Es algo triste realmente, porque mi memoria no es tan buena como para recordar exactamente lo que escribí hace tanto tiempo. Escribir una historia toma tiempo, por supuesto que sí, ¿acaso resultaría sencillo, por ejemplo, escribir la historia de tu vida?. Y eso que la vas viviendo día a día, si la escribes, seguro tendrías una historia grandiosa. Los escritores, cuando deciden escribir una novela ponen un poco de sí mismos en ellas. A veces la personalidad de algún personaje, a veces las vivencias de los personajes, quizá el ambiente, quizá el tiempo y espacio. Pero por lo general, crean un mundo completamente nuevo. Cuando yo escribo, pongo un poco de mí misma en ello.
Ahora que acaba el año me pregunto, ¿por qué dejamos que este día sea el día de reflexionar? ¿o el día de hacer borrón y cuenta nueva? ¿o el día de echar el año y rezar porque el siguiente sea mejor?. Si al fin y al cabo, después del abrazo de Año Nuevo uno se va a dormir y cuando despierta es un día como cualquier otro, uno es como lo ha sido siempre y no hay nada más que un posible cansancio por el carrete de la noche anterior. ¿Qué tiene de distinto el primero de enero del año nuevo del treinta y uno de diciembre del año anterior? (Omitiendo, claro está, las fechas). Si tomas el año nuevo como una forma de comenzar de cero, de tratar de ser una mejor persona, de corregir tus errores, de avanzar… bien podría ser año nuevo todos los días de tu vida.
Supongo que sí que hay un cambio. Al menos, energéticamente hablando, en el ambiente de festividad se nota que hay algo que cambió. Aunque no sepamos realmente el qué. Yo sí aprecio algún tipo de cambio, aunque parezca que esté reprochando el año nuevo, no es así. Eso sólo que pensé en un perspectiva distinta. Técnicamente, no hay ningún cambio más que de fechas. Pero es otra cosa cuando hablamos de lo que uno siente.
Son las tres con diez minutos de la madrugada, la última madrugada del dos mil once. Ahora me iré a dormir y cuando despierte seguirá siendo el último día del año.
Yo creo que esta fecha es un día casi como cualquier otro. Sin embargo, está en cada uno en ver la magia que hay en torno a éste. Yo puedo ver la magia cuando veo un fuego artificial en el cielo y me emociono con las luces. Cuando estoy junto a mi familia y juntos gritamos un “Oh” de asombro cuando la explosión y las luces nos llaman la atención. Cuando nuestra mascota corretea nervioso por la casa, moviendo su cola, inquieto. Cuando vienen a mi mente un montón de recuerdos y deseos de escribirlos y memorarlos por siempre.
Año Nuevo se trata de compartir, de sentir el año que se va y el que viene, de emocionarse con los detalles, de amar a tus seres queridos y anhelar que lleguen más, de llorar de alegría, de reírse de pena, de extrañar a los que se fueron y a los que están, pero lejos; de leer buenas historias, de escribir tu propia historia.
Eso es año nuevo para mí: Un nuevo capítulo en el libro de mi vida.
3:20 AM
Constanza Vargas C.
«Cuando uno escribe del corazón, no necesita editores.
Cuando publicas en internet una historia, ésta tampoco requiere editores.
Cuando escribes por ti y no por los demás, no necesitas editores.
Cuando escribes para entretener a los demás de manera gratuita, realmente no necesitas editores.
Así que yo no tengo editores, no soy escritora profesional ni me interesa serlo.
Si alguien quiere leer lo que yo escribo, bienvenido sea.
Porque yo escribo mis historias con el corazón por mí y para mí,
para mostrarme ante los demás y para divertir a unos cuantos. »

viernes, 30 de diciembre de 2011

Segundas oportunidades

Hace poco leí un estado de facebook diciendo: "Y lo reitero, no doy segundas oportunidades, a nadie. Incluso cuando eso me destroce." Y creo que le encuentro razón. A diferencia de esa persona, yo sí doy diferentes oportunidades, no me malentiendan. Pero cuando alguien decide dar una segunda oportunidad, está arriesgando todo de nuevo. No me refiero a las segundas oportunidades de volver a intentar a hacer una acción como hacer una prueba o pararte cuando te caíste de la bicicleta. No, me refiero a esas segundas oportunidades más profundas, más sentimentales, más personales.

Por ejemplo, está esta persona que te hizo mucho daño, que te ofendió o que te decepcionó tremendamente. Tú decides darle una segunda oportunidad, sabiendo que te arriesgas a que vuelva a hacerlo. Y no hay nada peor que decepcionarse de alguien por segunda, tercera, incluso una cuarta vez.

Sí, yo doy segundas oportunidades, a pesar de saber que estoy arriesgando mucho mi corazón. A veces pienso que soy ilusa o ingenua, pero yo soy plenamente consciente de que cuando alguien pierde mi confianza es muy poco probable que yo vuelva a confiar de nuevo. No quiero que se piense que soy una especie de amargada. Sólo soy muy, muy, demasiado reservada.

Hace poco me dijeron que soy una persona difícil de conocer. Y yo me sorprendí, por supuesto, me encanta hablar de mí y hablo mucho. Y de repente me veo en retrospectiva y me doy cuenta de que realmente, soy muy complicada. Nadie me conoce realmente. Es difícil que alguien pueda llegar a conocerte como eres realmente si ni tú misma tienes claro quién eres.

Así que ahí está la cuestión ¿quién soy?. No espero que las personas comprendan mi razón de ser así, ni mucho menos espero que me quieran (Mentira, sí espero que me quiera, anhelo que me quieran. Se supone que de eso se trata el "amor" en todas sus facetas). Pero así soy yo.

Volviendo al tema principal.

Dar segundas oportunidades es complicado. Tienes que prepararte psicológicamente a perdonar de verdad y a estar dispuesta a abrirle las puertas de tu vida a alguien que te podría defraudar otra vez. Es lógico que exita gente que no quiera hacerlo. Incluso yo, elijo a quién darle una segunda oportunidad o no. Obviamente hay que ser selectivos. Sin embargo, con filtro y todo, volví a decepcionarme de las personas, pero no me arrepiento de haberlas dado. Porque no soy quien para juzgar a nadie. No somos perfectos. Algunos tal vez nunca salimos de nuestros errores y tal vez era yo la que estaba equivocada. Así que he descubierto que lo importante es arriesgarte. Aunque sientas el temor en lo más profundo de ti.

La vida es muy aburrida si no te arriesgas.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Desesperate

Lo siguiente, le pertenece al grupo Stanfour. Es la letra de su canción "Desesperate" (Aclaro: yo escribiré la traducción, no la letra real).

Simplemente, no podría haber encontrado una canción más adecuada a todo el remolino que de emociones que estoy viviendo en mi interior. Estoy... Bueno, el título lo dice.

Sigues buscando y nadie te oye llorar. Estás perdiendo el control otra vez, porque todos tus miedos regresan. Otro sueño se ha desecho. Sintiéndote tan inferior y perdida, como si fueras la única. Quieres gritar porque estás desesperada. Quieres a alguien, sólo a alguien que pueda poner sus manos en tu alma esta noche. Quieres una razón para seguir creyendo que algún día verás la luz.

Son las 3 A.M y no hay nadie a quien llamar y el sueño es tu único amigo, pero incluso el sueño no puede esconderte de todas esas lágrimas, de todo el dolor y todos esos años que desperdiciaste alejándolos de ti. Estás cayendo, es tiempo de que lo enfrentes. Quieres a alguien, sólo a alguien que pueda poner sus manos en tu alma esta noche. Quieres una razón para seguir creyendo que algún día verás la luz. Porque estás desesperada, estás desesperada ahora.

Piensas que las cosas van a cambiar, entonces vuelves a sentirte extraña. ¿Qué se necesita para hacerte sentir viva?

Quieres a alguien, sólo a alguien que pueda poner sus manos en tu alma esta noche. Quieres una razón para seguir creyendo que algún día verás la luz...


domingo, 9 de octubre de 2011

Vox pópuli

Tuve que aprender a base de costalazos que cuando dices las cosas sin pensar puedes herir a alguien. Como todos, cometo errores en esta vida y me arrepiento. Sin embargo, no sé si por estupidez, orgullo o timidez es que después no me atrevo a pedir disculpas… y al final, ya pasó la vieja (como se dice popularmente).
Lo descubrí porque lo he comprobado en carne propia. A veces, las personas dicen cosas que te hieren sin saberlo. Y así mismo como no soy capaz de yo pedir perdón por alguna estupidez que yo dije, soy incapaz de decirle a esa persona que lo que dijo me dañó. Así que es un círculo vicioso. Yo hiero a alguien y alguien me hiere a mí. Es como que el “karma” me la devuelve.
Pero me he sentido tan como la mierda últimamente que estoy tratando de ser cuidadosa con lo que digo, porque pareciera que ahí, justo cuando digo algo imbécil hay alguien atento dispuesto a reprocharme que lo que dije está mal y yo me siento peor, porque todo es tan rápido, tan efímero que ni siquiera puedo alcanzar a pedir disculpas, porque a veces de verdad quiero hacerlo, pero me interrumpen tan rápido que ni siquiera puedo hablar.
De hecho, hace un par de días yo estaba contando una historia muy emocionadamente y de repente, llega otra persona y mi tema queda en el olvido. Y ¿saben qué? Me dolió. No porque yo quiera llamar la atención, sino porque eso me hace darme cuenta que en realidad nadie está interesado en lo que me pasa, en mis historias, en mis dilemas, en mi vida. Ahí caigo en el hecho de “tal vez sí quiera llamar la atención”, pero no lo hago en lo absoluto, porque “nadie me pesca”.
Estuve tan sensible y apenada por la vida que cuando alguien mostró el mínimo interés por mí quise puro echarme a llorar desconsoladamente en sus brazos. Pero me retuve y me alejé, aunque por dentro lo único que quería era gritar que NO, no estaba nada de bien.
Lo peor de todo, es que cada vez que escribo algo así, son puras indirectas para el mundo, para la gente que me conoce, como diciendo a vox populi: ¡Hola, yuju, estoy aquí!
Y, típico, nadie lee esto.

lunes, 3 de octubre de 2011

Soledad.

Soledad es mi segundo nombre, y no es chiste, de verdad lo es.

A veces es tan innevitable sentirse de una manera tan extraña, como que no eres parte de nada ni de nadie. Que no perteneces realmente al lugar en donde estás, pero no porque esté haciendo algo que no me guste, sino que simplemente no me siento bien.

Es un poco irónico, porque mientras escribo esto todos están haciendo algo distinto, inmersos en mundo tan diferente a lo que siento. Hay pequeños detalles que pueden destruir o hacer feliz a una persona. Supongo que soy demasiado social, demasiado de piel y que extraño que existan personas que sean capaces de leer en mis ojos como me estoy sintiendo. Aunque tengo la ligera sospecha que nadie puede comprender la complejidad ni se sus propios pensamientos... menos de los míos.

Me autodestruyo. Me ahogo. Me siento sola.

Quisiera que alguien me escuchase. Pero me cuesta tanto encontrar a la persona adecuada para decirle como me siento.

Me siento egoísta y envidiosa, porque necesito llamar la atención como lo hacen otras personas, pero no lo logro. Yo no soy lo suficientemente interesante para el mundo, como el mundo lo es para mí. Creo que siempre quiero dar mucho de mí y cuando lo intento tanto y tan duro, me entristece que las cosas no sean recíprocas.

Así que eso... supongo que a veces mi nombre pesa.

sábado, 3 de septiembre de 2011

When good boys/girls go to die.

Ayer, el titular del diario nacional "Las Últimas Noticias" rezaba: "El último vuelo del halcón". Era un poco cruel, un poco desatinado... para el dolor que se está viviendo en todo Chile. Sin embargo, es la verdad... y eso no quita que siga siendo triste.

El viernes recién pasado, 21 personas dispuestas a ayudar, dispuestas a hacer de Chile un país mejor, dispuestas a cambiar el mundo con su alegría y generosidad sufrieron un terrible accidente camino al archipiélago Juan Fernández. Habían caras conocidas, caras famosas, caras no tan famosas, caras que pasaban desapercibidas. Ahora todos son famosos.

¿Cuántas tragedias pueden pasar en tan poco tiempo?

Es tan terrible. Es... demasiado terrible. Ahora mismo están dando un reportaje en la TV hablando de estas grandes personas que nos han dejado. Es una lástima no poder conocerlas personalmente y poder maravillarse frente a ellas de las cosas buenas que hicieron, las cosas que estaban haciendo.

Iba un matrimonio. El arquitecto a cargo de la construcción de las escuelas modulares que estaban viendo le había contado maravillas a su mujer y ella quiso ir con él esta vez. Éste viernes partieron ambos y dejaron a tres niños huérfanos.

Un joven de la FACh dejó a su mujer y un hijo pequeño. Probablemente no llevaban mucho tiempo de matrimonio.

Un empresario ejemplar que dejó atrás a su familia.

Un conductor de un matinal que dejó atrás a su reciente reencontrada pareja, su adorado campo y sus amados animales.

Dos mujeres dispuestas a insertar un lugar para la cultura estable allí. Una de ellas dejó tres hijos, entre ellos, un pequeño de 8 meses.

No sé más de ellos... solo puedo deducir que murieron por querer hacer una buena acción.

Eran buenas personas...

Espero que el Señor los tenga con Él y que les envíe el consuelo que necesitan sus familiares y seres queridos.

Ojalá que estos 21 ángeles nos brinden un poco de su guía para poder llegar a ser tan generosos y continuar con su labor... para honrarlos dignamente. Tal como se lo merecen.

Este es un remezón para el mundo, para Chile, para mí.

Este es el sentimiento colectivo de las personas cuando los/as chicos/as buenos mueren...

jueves, 1 de septiembre de 2011

Singin' Out Loud.

Je. Este título tiene un doble sentido para mí. Tengo un fic escondido por ahí que lleva ese nombre. Pero esto no es para nada sobre una historia creada por mí.

Hace un par de días fui a un concierto que a principio de año jamás me habría imaginado ir. Me gusta la música, pero tampoco era una fanática asérrima. Sin embargo, una salida así es innegablemente entretenida cuando una goza de la música en general. Y fui. Tal vez más por la compañía que por la música, pero lo hice. Y lo pasé tremendamente bien.

Ahora tengo esta canción en mi mente, tratando de sacarla en guitarra porque los acordes son fáciles de hacer, pero el rasgueo no. Y para rematar, una de las consecuencias (a parte de todo el dolor muscular) tengo un posible esguince en mi mano. Dios.

.

"You're the direction I follow to get home. When I feel I can't go on you tell me to go. And it's like I can't feel a thing without you around. And don't mind me if I get weak in the knees 'cuz you have that affect on me... you do.
Everything you say, everytime we kiss I can't think straight, but I'm OK. And I can't think of anybody else. Who I hate to miss as much as I hate missing you.
Months going strong now and no goodbye. Unconditional, unoriginal always by my side. Meant to be together, meant for no one but each other you love me I love you harder so.
Everything you say, everytime we kiss I can't think straight, but I'm OK. And I can't think of anybody else who I hate to miss as much as I hate missing you.
So please give me your hands. So please give me a lesson on how to steal, steal a heart as fast as you stole mine. As fast as you stole mine. Yeah.
Everything you say, everytime we kiss I can't think straight, but I'm OK. And I can't think of anybody else. Who I hate to miss as much as I hate missing you.
So please... give me your hands.
So please... just take my hand."

Eres la dirección que sigo para llegar a casa. Cuando siento que no puedo irme, me dices que vaya. Y es como que no siento nada sin ti cerca. Y no me importa tener las rodillas débiles, porque tú tienes lo que me afecta, lo haces.
Todo lo que dices, cada vez que nos besamos no puedo pensar con claridad, pero estoy bien. Y no puedo pensar en nadie más a quien odie extrañar tanto como te extraño a ti.
Los meses van rápido ahora y sin adiós. Incondicional, poco original... siempre a mi lado. Destinados a estar juntos, para nadie más que a nosotros. Tú me amas, yo te amo más.
Todo lo que dices, cada vez que nos besamos no puedo pensar con claridad, pero estoy bien. Y no puedo pensar en nadie más a quien odie extrañar tanto como te extraño a ti.
Por favor, dame tus manos. Por favor, dame una lección sobre como robar, robar un corazón tan rápido como tú robaste el mío, como tu robaste el mío. Yeah.
Todo lo que dices, cada vez que nos besamos no puedo pensar con claridad, pero estoy bien. Y no puedo pensar en nadie más a quien odie extrañar tanto como te extraño a ti.
Por favor... dame tus manos.
Por favor... solo toma mi mano.

lunes, 29 de agosto de 2011

Bipolar

Realmente... ¿quién puede entenderme?. Ni yo misma puedo hacerlo a veces.
Hace dos horas tenía un mal humor terrible, pero horas antes estaba risueña y regalando besos de color rojo maraco intenso. Sí, es un color, aunque no lo crean.

Y ahora, estoy un poco contenta. Debería estar privilegiando mis valiosas horas de sueño en vez de estar escribiendo esta entrada, pero realmente me siento con ganas de escribir hoy. Supongo que acabando con esto, estudio un poco más mi presentación y me largo a dormir.

Necesito desahogarme:

Estaba tan asquerosamente preocupada por este imbécil que no me contestaba. ¡Y nadie me contestaba! Ni él ni en su casa. Se me pasó por la cabeza que podría haberle pasado algo y me asusté. Respiré hondo y me dije a mí misma: "No, él está bien. La malas noticias vuelan..." Bueno, no pensé eso exactamente, pero... parecido. Me autoconvencí que estaba bien y adivinen. Yo tenía razón: estaba bien.

-¿Hola?
-Te odio -le dije medio riendo, medio en serio.
Algún día le diré por qué estaba realmente de malhumor, exceptuando el estrés y el sueño, claro, que también aportaron un poco a mi odio. Obviamente, él fue la persona que recibió parte de mi desquite. De hecho, después de decirle que lo odiaba me sentí un poco más animada, un poco.

Otra cosa que aportó parte de mi reciente felicidad fue... recordar a mis amigas. Me di un descanso, un par de vueltas por la casa, llené un poco mi estómago y volví a estudiar (cosa que aún no hago de nuevo).

Me alegro de estar bien ahora. Voy a tratar de olvidar la negrura que me ha estado corroyendo la mente de un tiempo a esta parte y mañana me dedicaré a disfrutar mi break entre tanto pesimismo, envidias y pesares.

Es tiempo para mí.

Síp, soy un poco bipolar.

domingo, 28 de agosto de 2011

Una cosa es creerlo, otra cosa es que sea cierto.

Pensé que este año sería distinto. Que tal vez ya había superado mi etapa de represión mental y de sofocamiento social. Pensé que este año podría ser un buen año para mi salud mental y mis típicos sentimientos de no querer estar en ningún lado.

Pero una cosa es pensarlo, y otra cosa es que sea cierta.

Me equivoqué rotundamente. Posiblemente se vio aplazado (o aumentado) el período en que me suele pasar esto. Casi siempre es cerca de las vacaciones de invierno, pero ya en esta época se me pasa... aunque los días de Septiembre tampoco son mis mejores días, así que no sé. Tal vez sea simplemente que ya me llegó mi momento de tormento anual.

Supongo que el año me salvé porque estaba concentrada más en entrar a la universidad que en los conflictos sociales, pero de todas formas pasó una que otra cosa.

Tal vez confesar lo inconfesable por primera vez en voz alta me dio mucho que pensar, porque no ha cesado de dar vueltas en mi cabeza desde ese día. Ahora hablo en código, pero es que realmente... hay cosas inconfesables, al menos públicamente. Hay gente que sabe mi mayor, más terrible y ¿mejor guardado? secreto, que por un par de vasos de Vodka confesé sin más a gente prácticamente desconocida para mí. Pero supongo que el factor tiempo no es algo que influya en este tipo de cosas... Si fuese por eso mi madre lo sabría hace mucho tiempo, y es a la última persona que se lo diría. Lo mismo para papá.

Podría seguir dándole vueltas al asunto, pero lo único que tengo claro es que reconocerlo en voz alta es más terrible de lo que creí. Me avergüenza, me daña, me hastía... tengo miedo de que sea algo de conocimiento público. No quiero que la gente se aleje de mí. Quiero que me crean. Quiero que alguien escuche mi versión, que alguien escuche mis miedos, mis teorías... Tal vez necesito seriamente un psicólogo.

Otra cosa que me da vueltas en la cabeza es el hecho de que mi padre haya estado cumpleaños hace dos días y recién hoy pudimos vernos todos como familia y cantarle con una torta. Qué locura. Cómo odio estos días ajetreados que no nos dejan tener nuestra convivencia familiar tan escasa y poco aprovechada.

Quiero un día normal, sin estudios, sin preocupaciones en mi vida.

Pero ahora es imposible.

El estudiante, únete a la causa.

Si bien el escribir es una forma que yo utilizo para expresarme, también lo hago a través de la música. Yo no escribo música, ni la hago, pero siempre hay canciones que expresan más que mil palabras.

Hoy, sorprendentemente, traigo dos videos que me encantaron.

Ambos hablan por sí solos.

Video 1: "El estudiante"


Video 2: "Únete a la causa"






sábado, 20 de agosto de 2011

Más que amigas

Me he dado cuenta que cada vez que te miro me veo reflejada en tus ojos.
Somos tan parecidas, pero tan distintas que a veces me sorprende.
Todo el tiempo que hemos pasado juntas nos hizo complementarnos
y cuando necesitamos decirnos algo, basta con una mirada.
Supongo que sabes que a estas alturas las palabras sobran,
así que no es necesario decirte todo lo que he llegado a conocerte.
Pero sí, debería decirte qué es lo que más me gusta de ti:
tus risas, tus bromas, tus locuras e incluco tus excentricidades.
No entiendo a las personas que no te aprecian como yo,
porque eres realmente especial para mí.

Llaman a lo nuestro amistad, pero yo sé que es más que eso.
Es como si fuésemos hermanas.

Y por ese sentimiento me encantaría decirte millones de cosas significativas,
algo así como "tus ojos reflejan la belleza de tu interior",
que son frases realmente ciertas.

Y si te arranco una sonrisa, siento que todo vale la pena.

¿Sabes? Me gustaría volar y poder llevarte conmigo.
Me imagino que desde arriba podemos ver las cosas más lindas
y con esa imagen seremos felices por el resto de nuestras vidas.
Eso podría ser un gran regalo, así que te regalaré un pedacito de cielo.

Mejor, te regalo un pedacito de mi corazón.

Si lo hago, es porque te quiero.
Y si te quiero, es por ser quién eres.
Y aunque llegases a cambiar me adaptaré a ti,
porque, ya sabes, eres muy importante en mi vida.

Y si no estás, si llegases a falta... simplemente esto no tendría sentido.
Extraído de una nota de facebook, hecha por mí misma.
19 de octubre, 2009


Nota:
Creo que cuando escribí esto ni yo misma era consciente de cuan ciertas son estas palabras.
De hecho, creo que ahora cobran mucho más significado de lo que lo hacían entonces.
Tal vez hay algo místico dando vueltas por aquí. No puedo creer que una cosa que escribí hace como dos años tenga un significado aún mayor que entonces.
Quizá fue una especie de inspiración divina, como un presagio del futuro. Simplemente no creo que seamos solo amigas. Somos como hermanas, somos como almas gemelas. Es como si nuestra amistad siempre hubiese estado destinada a ser.
Cada vez creo más que hay algo más fuerte detrás de todo esto. Algo más profundo, algo más misterioso.
De todas formas, no me quejo. Amo que las cosas sean justo así.
Alia, yo sé que tú me entiendes, yo sé que sientes exactamente lo mismo. Es algo demasiado inexplicable, así que ya no busco respuestas. Solo dejo que sea. Tú sabes cuántas coincidencias tenemos. Allá arriba, o donde sea, tienen algo destinado para nosotras.
Y para aquello, estaremos juntas.

sábado, 6 de agosto de 2011

Sobre sicópatas y otros personajes

Esa mañana me despertó mi hermano. Entró a la pieza y me dijo: "Mi mamá se va".

Mi primer pensamiento de la mañana fue: Mierda, me quedé dormida. Así que pegué un salto en la cama y me senté. Aún tenía los ojos pegados, las neuronas dormidas y hacía frío. Me moví rápidamente por la pieza buscando ropa abrigada que ponerme, por la ventana se apreciaba claramente un día nublado, triste. Como a mí me gustaba. Pensarán "¿cómo es que le gustan los días tristes?" Bueno, la mayoría de la gente los considera tristes, a mí: me encantan.

Mi mamá llegó a la pieza cuando estaba a medio vestir y no encontraba una camiseta abrigada que ponerme que ella sacó de un mueble y me la pasé. Me la puse rápidamente y corrí a ordenar mis cosas para irme a estudiar a la universidad.

Mi papá nos llevó. Dejamos a mi mamá en donde tenía su reunión de la Iglesia y lo acompañé a buscar las entradas de un evento musical que había en el colegio de mis hermanos esa misma tarde. Desayunamos juntos y me dejó frente a mi universidad.

Allí ya había alguno de mis amigos encima de un brazo, mirando músculos y diciendo sus nombres en alto. Los saludé, me puse mi delantal, tomé un par de guantes y empecé a estudiar junto con ellos.

Nos reímos cuando comentábamos que no podíamos reconocer un músculo cuando cambiábamos de brazo. "Disculpe, señor, no puedo operarlo porque solo me aprendí el brazo derecho". Más risas. Cambiamos de mesón para mirar otro brazo. Llegó más gente. Una amiga estaba ahogada. Le hicimos bullying (con amor). Éramos muchos. Nos dividimos en grupos. Reconocimos cosas, aprendimos.

Hora del break. Anécdotas recientes. Comida. Bromas. Historias no contadas. Regreso al pabellón.

Más músculos (la mano tiene 17 músculos). Arterias. Materia. Nervios. Risas. Bromas.

Hora de ir a casa. Más bromas. Caminábamos dos amigas bajo el brazo de nuestro amigo. Me suelta a mí para subir a las escaleras, me burlo "Es que él no se la puede con dos". Me abraza de nuevo. Risas.

A casa, está lloviznando. Voy llegando y me encuentro con mi hermana, nos ponemos a hablar a medio camino de nuestra casa. Ella iba a comprar, la hago devolverse y le presto mi celular para que pololee. Descubre las llamadas perdidas de un reciente conocido.

"Es un sicópata".

La acompaño al supermercado. Conversaciones. Un helado en un día lluvioso. En casa otra vez.

Un día en mi vida. Un día tranquilo. Un día normal.

viernes, 29 de julio de 2011

And then... they just go.

Llegado el momento todos nos preguntamos por qué. Y no hay respuesta. Uno nunca sabe por qué aquella persona tuvo que irse, por qué ahora está tan lejos, por qué dejó ese rastro de dolor por su pérdida detrás.

Supongo que el dolor es algo necesario, es algo que nos hace sentir humanos, sentirnos vivos.
Aún cuando cierro mis ojos y pienso mucho en ello recuerdo vívidamente esa particular escena de ese día tan triste. De cómo me aferré a los primeros brazos que estaban cerca, de cómo yo grité desoladamente: ¿por qué?.

Jamás le juzgué a Dios su decisión. Era lo que tenía que pasar. Era lo que estábamos esperando. Era lo mejor. Pero ésa vez... esa sensación fue la más horrible que he sentido en mi vida, hasta ahora. Si algo que duele horrorosamente, y está lamentablemente comprobado por mí, es ver como tu madre -aquella mujer que te dio la vida, que te ama incondicionalmente- sufre de esa manera.

Fue horrendo, imaginarse en cómo sería perderla... porque ella había perdido a su madre y lo peor de todo es que, porque la ley de la vida es así, aún le quedaba otra madre por perder.
Recuerdo como ahogada en llanto y tratando de serenarme lo más posible llegué a su lado, porque me dije que ella necesitaba de nuestro apoyo.

La escenas pasan, el terror, el dolor, la pena...

Necesitaba tanto a alguien en ese momento... a alguien equilibrado que me dijera que todo iba a estar bien, que no me preocupase o que al menos me abrazara y me dejara llorar en su hombro hasta que se me agotasen las lágrimas.

Pero ya todo ha pasado. Y todo está simplemente bien.

Es la ley de la vida. Es algo que tenemos que aceptar:
Ellos cierran sus ojos y sólo... se van.

Yo sé que al principio duele, pero al final el consuelo está en que sabemos que están en un lugar mejor. Y que al final del camino, estaremos todos juntos de nuevo.