"Para escribir solo hacen falta dos cosas: tener algo que decir y decirlo" - Oscar Wilde

domingo, 30 de diciembre de 2012

Gracias 2012

Hace un año atrás, mientras escribía reflexiones varias sobre el año nuevo, yo realmente no tenía grandes expectativas más que las típicas "ojalá que el año sea bueno, ojalá que sea mejor que el anterior". Jamás me imaginé que el 2012 me traería tanto. 

Este año ha sido distinto por varias razones. ¡El año del fin del mundo! (El 3er fin del mundo desde que nací, si no me equivoco) Lo que claramente no sucedió. El primer año sin contar con cierta gente en nuestras vidas. El año de epifanías. De crear lazos. De descubrir cómo ser feliz. 

Creo que, lejos, este ha sido el mejor año de mi vida hasta ahora. Y en este momento, en esta entrada, quiero agradecer por este año.

Llevaba mucho tiempo dando tumbos por la vida; intentando encontrar un lugar en la vida, intentando ser parte de algo, intentando de dejar de sentirme sola cuando estuviese rodeada de gente. Simplemente intentando...

Este año lo logré.

No sé cómo explicar esa sensación de dicha de decir: "Está todo bien. Me siento totalmente satisfecha de mi vida en este momento". No puedo decir que todo es perfecto, porque no hay nada perfecto en esta vida. Pero me siento plena. Me siento pletórica. Es como que al fin cada pieza del puzzle que llevo años armando, encajaron perfectamente. 

Las cosas están en su lugar y todo va avanzando con tranquilidad. Estoy preparada para recibir el futuro como llegue.

No estoy diciendo que por tener esta sensación ahora, no vaya a tener sobresaltos en los próximos años. Pero sí puedo decir que en este justo momento soy feliz: tengo una familia que amo, grandes amigos a los que adoro y aprecio mucho, me siento bien conmigo misma y cada día descubro más pequeños detalles de la vida para sonreír. 

Este ha sido el año de las revelaciones para mí: me di cuenta que me encanta Taylor Swift, que adoro sus canciones y que incluso me siento muy identificada con una de ellas. Me di cuenta de que conozco personas por las que vale la pena luchar y personas por las que no. Me fijé que puedo comportarme como una estúpida a veces, así que debo solucionarlo. Y comprobé de primera mano una de mis frases favoritas, que no hacen falta grandes cosas para encontrar la felicidad, que los detalles hacen el cambio también. Descubrí que puedes conocer en la calle o en la micro, o en cualquier lugar, a la persona que te hará cambiar el chip y que mediante una pequeña acción, podrá desencadenar una gran epifanía.

Agradezco a este año por traerme todas esas cosas. Por conocer a gente que hace que me tome las cosas más a la ligera. Por traerme a gente que se sintió feliz por verme a mí feliz. Por traer esas buenas energías en mi dirección.

Gracias por las experiencias y las vivencias. Por el amor, por el cariño. Por mis amistades (las antiguas y las nuevas). Gracias por mi familia. 

2012. Fuiste claramente mejor que el anterior. Y fuiste más que bueno.

Gracias por eso.

martes, 11 de diciembre de 2012

Caminos entrelazados, caminos separados


Es… bastante chocante darse cuenta de algunas cosas.

Darte cuenta de que cosas que parecían importantes uniéndote a ti y a otro cercano, ya no sean tan importantes para esa persona… entonces quedas con un vacío. Como con una desilusión.

Es triste. A pesar de que me lo esperaba.

Entonces me di cuenta de que va a haber algún momento en que nuestros destinos inevitablemente se van a separar, aunque me gusta pensar que no es así. Que en un futuro lejano lograré volver a ver a esa persona que siento que cada vez se aleja más de mí.

Y duele un poco.

Supongo que esto es lo que sucede cuando te das cuenta que todo lo que tú crees que tenías tan asegurado, en realidad no lo estaba. Que jamás fue el puerto seguro en el cual desembarcar.

Yo creía que podrías ser mi puerto seguro. De verdad lo creía y ahora estoy en nada.

No me deprime saber esto (no tanto), creo que puedo avanzar y que puedo hacer las cosas bien para mí dependiendo de las señales que vaya captando de este malicioso camino curvilíneo.

No podría estar triste, porque aún están esas personas constantes en mi vida. Las que me hacen promesas de larga duración, esas que dicen "estaré allí para cuando sea que lo necesites". A veces quisiera que las mismas personas a las que yo quiero sostener, sean las que me sostengan. Las que sean ese "colchón amortiguante" cuando caiga. Pero no es así. 

Sé que tengo mis colchones donde caer, las grúas que me levantarán, los hombros que se me prestarán para derramar lágrimas y luego los pañuelos que harán algo por secármelas, luego los payasos que me harán sonreír otra vez. Y esa certeza de que cada persona que yo conozca va aportar felicidad en mi camino, porque de cada persona puedo aprender. Aunque no lo demuestre mucho, me encanta aprender cada día.

El futuro está allá tan lejano. Lo único que me queda es aprovechar cada segundo como si fuera el último. Nada más.

Disfrutar cada segundo con cada persona con la que me toque compartir un pedazo de mi vida.

El mundo puede detenerse un segundo ahora.

El futuro puede esperar.

miércoles, 5 de diciembre de 2012

One for another: carta de una amiga, para otra amiga.


     No recuerdo el día que nos conocimos. Tal vez fue gracias a la Sofi que era demasiado sociable y siempre me incluía en las conversaciones con el resto del mundo, es lo más probable. Ahora pienso que debería estarle más agradecida. Recuerdo que antes eras bastante cercana a ella, y de pronto ya no, pero ese año, el 2008, empezamos a ser más cercanas. ¿Por qué entonces y no antes? Supongo que era así como tenía que ser, porque todas las cosas pasan por algo.

¿Recuerdas el 11 de octubre? Probablemente yo soy la única que recuerda la fecha exacta porque fue el cumpleaños de mi mamá ese día y también fue el día en que nació oficialmente esta asombrosa amistad. Ni siquiera hablamos tanto ese día, hablé más con otras personas y me encapriché con quien tú sabes, mientras todos se emborrachaban y se dibujaban picos en la cara. Fue el día que Gibran me bautizó como “ojitus lindus”, creo que recién está superando el hecho de que mis ojos verdes eran falsos…

Recuerdo que ese había sido un año bastante emocional para mí, tú estuviste ahí para mí cuando se quebraron las cosas. Y en ese retiro de confirmación me consolaste cuando yo lloré terriblemente porque había perdido algunas amigas, pero encontré otras ¿no? Aunque debo decir que en ese entonces tú eras prácticamente la única amiga que tenía. Intenté hacerme más cercana al resto más por ti que por mí, porque eran tus amigas y si yo iba a pasar más tiempo con ustedes tenía que sentirme cómoda… y no fue malo, encontré muy buenas amigas. Gracias por eso.

Nos hicimos buenas amigas increíblemente rápido. Pero no nos hicimos las mejores amigas –casi hermanas- hasta que salimos del colegio. Ese año que decidí hacer preu y tú entraste a la Inacap. Cuando empezamos a descubrir todas las similitudes que teníamos. Las similitudes que tenía nuestra familia completa. Cuando te preparaba sorpresas y llegaba tres horas antes que tú para recibirte cuando llegases agotada de tu día universitario. Cuando me contaste lo de tu hermana, esa hermana cuyo segundo nombre es exactamente el mío.

La vida es misteriosa. Quiero desentrañar todas estas cosas que nos llevaron a lo que somos hoy y te extraño más que nunca ahora que estás tan ocupada que apenas puedes respirar. Pero estaré esperando aquí cuando tengas tiempo. Y sé que cuando sea yo la que no tenga tiempo para respirar estarás esperando por mí.

Una vez te dije que yo sería el colchón que amortiguase tu caída. Lo sigo siendo, no lo olvides nunca. Yo soy la loca psicópata que andará detrás de ti para agarrarte cuando vayas a caer, la grúa que te levantará, la compañera que estará a tu lado chillando por tus éxitos.

Tal vez la gente crea que estoy loca por lo que pienso, pero de verdad siento que nuestra amistad es superior. No es normal. Las dos somos increíblemente anormales. Pero amo cada segundo de ella. Soy parte del inventario de tu familia. Y si tú quieres puedes lograr ser el inventario de la mía. Sé que es difícil, y también sé que te he reprochado el poco tiempo que me has dedicado y probablemente cuando vea que tienes tiempo y aún así me sigues ignorando entonces iré a patear tu culo y haré que me prestes atención, no puedes abandonarme ¿oíste? Yo no te abandonaré nunca.

Nos debemos muchas cosas: nuestra salida de chicas, nuestro departamento de solteras, las futuras salidas a bares, las vacaciones, el mochileo que todavía no es, etcétera, etcétera, etcétera.
Feliz cumpleaños número veintiuno, amiga. La vida recién empieza. Tenemos todo el tiempo del mundo por delante. Para que yo patee tu culo y para que tú patees el mío. Para que me veas enamorarme (yo ya te he visto en eso), para que lo apruebes o desapruebes (sabes que yo también lo hago contigo, patearé todos los traseros masculinos que te hagan sufrir), para que veas a mis futuros hijos y yo vea los tuyos.

Nos tenemos la una a la otra.

Te quiero.

jueves, 8 de noviembre de 2012

Back to December

Todas queremos tener historias de amor dignas de películas. Tener nuestra propia banda sonora, esa que uno se imagina que está sonando de fondo cuando el resto del mundo ve como se realiza cada escenas y te gritan cosas como "¡No, estúpida, él te ama, no lo dejes ir!" o "¡Te está mintiendo, no le creas!". O como en las películas de terror cuando uno le grita al protagonista "No, imbécil, te va a comer el monstruo/zombie/lo que sea". 

Bueno... yo tengo un montón de canciones con las que me siento identificada. 

Ahora, sentirse realmente identificada, es decir... no solo el coro, sino que prácticamente cada estrofa y verso, es un poco más intenso. Por decirlo de alguna forma. Igual es un poco difícil no sentirse identificada con una canción de Taylor Swift, porque esta hermosa y talentosa cantante tiene un montón de experiencias amorosas de las cuales escribir. No sé por qué me extraña que también haya escrito la mía:

Estoy tan contenta de que hayas hecho tiempo para verme. ¿Cómo va la vida? 
Dime cómo está tu familia. No los he visto por un tiempo. 
Has estado bien, más ocupado que nunca. Tenemos una pequeña charla, de trabajo y del clima. Estás en guardia y yo sé por qué...
Porque la última vez que me viste todavía arde atrás de tu mente: Me diste rosas y yo las dejé allí para morir.
Así que esta soy yo tragándome mi orgullo, parada frente a ti diciendo: "Lo siento por aquella noche". Y regreso a Diciembre todo el tiempo. Resulta que la libertad no es otra cosa que extrañarte, deseando haberme dado cuenta de lo que tenía cuando eras mío. Me gustaría volver a Diciembre, darlo vuelta y hacer las cosas bien. Regreso a Diciembre todo el tiempo.
En estos días no he estado durmiendo, permaneciendo arriba, recordando a mí misma yéndome. Cuando tu cumpleaños pasó y yo no llamé. Y pienso en el verano, todos los hermosos momentos, te vi riendo en el puesto de pasajero. Me di cuenta que te amaba en el otoño.
Y entonces viene el frío, los días oscuros cuando el miedo se deslizó en mi mente.
Tú me diste todo tu amor y todo lo que te di fue un "Adiós"
Así que esta soy yo tragándome mi orgullo, parada frente a ti diciendo: "Lo siento por aquella noche". Y regreso a Diciembre todo el tiempo. Resulta que la libertad no es otra cosa que extrañarte, deseando haberme dado cuenta de lo que tenía cuando eras mío. Me gustaría volver a Diciembre, darlo vuelta y cambiar mi propia mente. Regreso a Diciembre todo el tiempo.
Extraño tu piel bronceada, tu dulce sonrisa, tan buena para mí, tan correcta. 
Y como me sostuviste en tus brazos aquella noche de Septiembre, la primera vez que me viste llorar.
Tal vez esto es una ilusión, probablemente un sueño sin sentido. Pero si nos amamos de nuevo, te juro que te amaré correctamente.
Me gustaría volver en el tiempo y cambiarlo, pero no puedo.
Así que si la cadena está en tu puerta lo entiendo.
Pero esta soy yo tragándome mi orgullo, parada frente a ti diciendo: "Lo siento por aquella noche". Y regreso a Diciembre ... Resulta que la libertad no es otra cosa que extrañarte, deseando haberme dado cuenta de lo que tenía cuando eras mío.
Me gustaría volver a Diciembre, darlo vuelta y hacer las cosas bien. 
Me gustaría volver a Diciembre, darlo vuelta y cambiar mi propia mente.
Regreso a Diciembre todo el tiempo.
Todo el tiempo.


Tengo que decir, que tal vez habría alguien que estuviese mirando la escena y me haya dicho "¡No, tonta, no lo dejes ir!". Pero.... bueno, siempre he dicho que las cosas pasan por algo. Yo no me arrepiento de nada.

Igual eso no impide que me sienta identificada con la canción y a veces me sienta como una estúpida.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Alter ego.

A veces me sorprendo a mí misma cuando releo las cosas que se supone que yo escribí. Es como si de verdad hubiese sido otra persona quién las escribió.

Es gracioso porque de verdad pareciera que hay dos personas en mí. Pero debo suponer que no es así. Solo que yo le puse nombre a mi conciencia, a mi yo profundo. Diana Prenze, mi alter ego.

Me pregunto cómo sería tener una conversación con ella. Sabiendo que soy yo misma.

Yo creo que la mayoría de la gente no debe imaginarse que soy así de reflexiva. Deben de pensar que solamente soy una persona silenciosa o tímida, en vez de creer que por lo general, cuando estoy en silencio es porque estoy pensando. Me distraigo con facilidad por eso. Porque mi cabeza es una locura todo el tiempo, siempre estoy pensando, siempre estoy creando nuevas ideas. A veces ni siquiera me doy cuenta de que lo estoy haciendo hasta que me doy cuenta de que perdí el hilo de una clase, de una conversación o de cualquier cosa en general.

Estoy aquí para hablar de mi "otro" yo, porque... no quiero que se pierda. Dudo que se pierda, pero no quiero que se pierda el hecho de su creación. Creo que más que nada le puse nombre, porque a veces realmente no me reconozco a mí misma cuando escribo. Me extrapolo.  He llegado a tener conversaciones mentales todo el tiempo, converso conmigo misma o me imagino conversando con alguien. Me pregunto cómo será mi cerebro en pleno proceso mental.

En fin... a lo que iba.

Creo que nunca lo había comentado por aquí, pero... yo escribo fics y Diana Prenze inicialmente era el personaje para uno de los fics de Harry Potter que yo estaba haciendo. Y ella era muy parecida a mí solo que más "perfecta". En el fondo, estaba tratando de hacerla ver como yo, con mis mismas características físicas (aunque más delgada) y ella tenía un pasado misterioso o algo así (realmente no quiero analizar eso del pasado misterioso). Diana Prenze era yo perfeccionada (y nadie es perfecto). Cuando me di cuenta de eso dejé de escribir ese fic. Tampoco es como que tuvieses muchas grandes ideas después de eso, por suerte.

Ahora sé que eso se llama "Mary Sue", definición según Wikipedia: "Personaje ficticio (generalmente femenino, cuando es masculino se le llama "Gary Stu") en exceso idealizado y abiertamente identificable como el alter-ego del autor o del lector".

Supongo que esa definición lo dice todo.

Ahora Diana Prenze es algo absolutamente natural para mí. Está aquí todo el tiempo. Y la adoro. Me encanta ser estas dos personas.

Espero que el resto del mundo sepa apreciarla también.




Everybody deserves to be happy

La traducción literal de Google Traductor de mi título es: Todo el mundo merece ser feliz.

La última idea genial que se me ocurrió -yo creo que es genial al menos- es la de empezar a anotar cada día de mi vida algo positivo que rescatar. Un sonrisa, un evento feliz, el hecho de recordar algo particularmente chistoso, una anécdota, un encuentro, cosas agradables.

Comencé este proyecto hace ya varias semanas, y se lo he comentado a varias personas, tratando de impulsar un poco de felicidad en las personas que aprecio y que quiero. Claramente, dudo que todos hayan seguido mi ejemplo, incluso a mí se me olvida a veces.

Sin embargo, todo esto nace de algún lado... No sé realmente de dónde. Trato de enfocar mis energías en preocuparme de ser feliz, pero a veces, incluso con mi libretita de la felicidad se me olvida. No estoy diciendo ser infeliz, puedo afirmar que soy una persona feliz, que estoy contenta con lo que estoy haciendo, que estoy feliz y satisfecha conmigo misma. Pero eso no deja que yo no me agobie por otras cosas y se me olvide por qué comencé inicialmente esto, o que se me olvide rescatar algo positivo de mi día. Porque a veces lo que nos agobia es más fuerte que recordar que tenemos que recordar ser felices. Oh, sí, muy redundante. 

Entonces, me parece adecuado tratar de analizar por qué empecé esto. Realmente no lo sé. Ya llevaba un buen tiempo con la actitud de "no me importa lo que piense el resto, pero tengo que ser feliz" Puede que haya sido cerca de la fecha de mi cumpleaños en mayo, que hubo gente ahí que me hizo feliz, que hubieron cosas que alegraron mi día. O incluso puede haber sido ese día negro -que estuvo a punto de arruinar mi misión de mantenerme contenta, feliz- donde pude rescatar lo bueno de ese día y que graciosamente hizo que al día siguiente alguien me felicitara por mi positivismo (es agradable que te feliciten por tener una postura positiva, pero sería mucho mejor si eso fuese algo que todos encontrasen natural)

Sin embargo, recuerdo muy bien lo que gatilló que decidiera hacer esto de anotar las cosas felices. Y como quiero recordarlo siempre, debo anotarlo, porque la memoria es frágil. Incluyendo a alguien que tiene una memoria tan privilegiada como la mía y lo digo a riesgo de sonar prepotente, porque de verdad tengo buena memoria.

Yo iba en la micro camino a coro. La señora que inicialmente iba a mi lado se bajó y luego se sentó una mujer con su hijo. Un niño pequeño, pequeñísimo. Un bebé. Siempre me han gustado los bebés. Era un bebé hermoso. Después me di cuenta que él era un niño con síndrome de Down. Y considerando que yo he tenido contacto con un síndrome de Down prácticamente toda mi vida (creo que él incluso tiene fotos conmigo cuando yo era una recién nacida), para mí ellos no son algo lejano. Son como mi familia. Me recuerdan a mi familia y a todas las cosas duras que las generaciones pasadas tuvieron que vivir antes de que yo pudiese estar aquí, sintiéndome así. 

Así que retomando el hilo, era un bebé hermoso y era síndrome de Down. Era un niño especial. Pero no dejaba de ser un niño. Hizo sus maldades tiernas. Esas que la gente celebra, pero que la madre trata de educar para que no las repita. Él enganchó su piececito entre el espacio de la barra y el vidrio que había justo frente a nosotros y se sacó el zapato. Él reía mientras la madre lo regañaba con cariño "no vuelvas a hacer eso" "no te saques los zapatos". 

Él era un pequeño juguetón, intentó botar las hojas que llevaba en mi regazo que alcancé a sujetar antes de que volaran por la micro. A él le causaba curiosidad mi teléfono. Intentó tocarlo. No sé por qué lo alejé de él y lo resguardé. 

Él me conquistó. La madre me dijo que tenía 4 años. Parecía de dos.

Me empezó a pedir algo. "Doki" decía. Su mamá me explicó que eran unos monitos y que siempre hacía lo mismo. Conquistar a la gente y luego pedir que les muestre los videos de sus monitos en los teléfonos. Él empezó a abrir mi mochila para sacar el mío. Yo me reí y cerré la mochila. Luego entramos al túnel y él se aterrorizó. Y se mecía. Y nadie reclamó porque él era un bebé especial.

Me tuve que bajar muy pronto después de eso. Pero lo recordé siempre y daba vueltas en mi cabeza. Llegué a mi casa risueña y tranquila. Entonces empecé a anotar las cosas que me hacían feliz y anoté lo que me había pasado ese día. Desde entonces anoto cada cosa que me ha hecho feliz, o cada vez que he recordado algo de algún tiempo pasado y que me hizo sonreír.

Hice prácticamente mi lema esa canción de Alex Ubago que me gusta tanto: "Alguien dijo un día una indudable verdad, olvidamos las pequeñas alegrías por lograr la gran felicidad"

Eso es lo que quiero conseguir. Que la gente sea capaz de no encontrar algo raro que se pueda rescatar algo positivo del día más negro. Que sean capaces de hacerlo con naturalidad. Que sean capaces de reconocer todos esos pequeños detalles que harán que a la larga, al final de este extenso o corto camino que tenemos que recorrer, nos hagan darnos cuenta que "Sí, en esta vida fui feliz".

Porque todos merecen ser feliz. El problema es cuando algunos lo hacen a costa de la felicidad de otros.




jueves, 4 de octubre de 2012

Feliz, feliz cumpleaños.


Este mes están de cumpleaños varias personas importantes para mí. Y nació de las ganas de decirles por qué es tan lindo cumplir años, que no es algo que se debiese ocultar jamás.

Esto, está dedicado para tres personas especialmente: 4, 11 y 23 de octubre. Ustedes saben quiénes son.

Feliz cumpleaños. Es la celebración de tenerte un año más en nuestras vidas. De la dicha de que estés aquí con nosotros. Eso es lo más hermoso de este día. Saber que tenemos la oportunidad de compartir otro año más contigo; de risas y de llantos; de complejidades y de anécdotas.

Feliz cumpleaños no es un recuerdo de que estás más mayor, más viejo/a. Es un recuerdo de que hemos pasado más tiempo juntos. Y que tenemos la fortuna de tal vez pasar otro año más.

Feliz cumpleaños y espero que cumplas muchos más (muchos, muchos, muchos). Espero que podamos seguir compartiendo mucho más momentos de los que hemos vivido hasta hoy. Guardo y precio cada anécdota vivida contigo; pueden ser pocas o muchas; tristes o alegres; de hace mucho tiempo, o desde hace muy poco... Son estimadas de igual forma.

Puede que el mundo se acabe mañana, pero yo fui afortunada de vivir un año más contigo. No hay nada mejor que eso.

Imagínate que no existiese tu cumpleaños, significaría que nunca exististe. Tengo que agradecer porque llegaste a mí. Porque has aportado algo en mi vida, porque probablemente yo sería alguien muy distinto sin tu presencia.

Este es mi regalo para ti.

Porque esto es lo mejor que puedo dar de mí.

lunes, 1 de octubre de 2012

Todos cambian

Estaba mirando unas fotos de unos amigos... que ya no son tan amigos y caí en la cuenta de algo importante. No importan cuán duro trates de ser la misma persona siempre, igual cambias. 

Mientras van pasando los años cambiamos, mutamos, nos convertimos en otras variaciones de nosotros mismos. Y no me refiero solo al físico. Me refiero a todo. 

Años atrás jamás me habría visto aquí. Sentada en mi cama observando como mi hermana duerme y escribiendo esta entrada. Siendo una estudiante universitaria (de medicina), vegetariana, una persona sociable... Tampoco nunca me había sentido tan cómoda conmigo misma como me siento ahora. A pesar de que podría sentirme insegura con mi cuerpo, de todas formas me siento bien.

Me agrada esta nueva yo y quiero mantenerla con el tiempo, o ir mutándola a alguien más alegre si se puede. 

Todas las cosas que he vivido, las veces que he llorado y que he sufrido me trajeron aquí (suena como una canción de cursilerías). Mi adolescencia fue un caos para mí. No quisiera pasar por ella ni aunque me pagasen, aunque haya sufrido un pequeño lapsus diciendo que todavía soy una adolescente, sé que ya no lo soy. 

Pero siento que todas esas cosas malas que sentido sobre mí, han hecho que me vuelva una persona más fuerte y más alegre. Realmente me gusto a mí misma ahora. Como nunca. Me siento demasiado feliz y cómoda como para dejar que los problemas que están a mi alrededor me afecten. No me gusta que la gente se ponga densa y que miren con mala cara al mundo. Es como si fuese la culpa del resto que sus vidas no vayan bien. Y no es así. Sé que es muy normal agarrarla contra el resto del mundo cuando las cosas no van bien, porque es una manera de descargarse; pero eso no justifica que empiecen a hacer daño. ¿A qué punto puede llegar la gente en sus cambios?.

Me doy cuenta de los cambios que hice en mí, incluso sé que varios notaron mi cambio y también noto los cambios de los demás. Al menos yo me siento bien con los míos... me pregunto si ellos se sentirán bien sobre los suyos.

Creo que la repetitiva frase de "nunca cambies" es una forma de decir de que "aunque cambies, no dejes de lado tu propia esencia". No sé si se entiende. Es lógico que cambiemos, los años van pasando, con ellos viene la experiencia y crecemos, maduramos. Pero no por eso vamos a convertirnos en personas opuestas, en alguien diferente a lo que solíamos ser. Solo deberíamos lograr ser una versión mejorada de nosotros mismos.

Todos cambian... el problema es hasta qué punto.

miércoles, 29 de agosto de 2012

Mentes poderosas

Cuando dicen que toda patología extraña puede sucederle a un médico o al familiar de un médico, es cierto. ¿Es una maldición o es algo que llamamos?.

Una vez estaba en mi casa con mi mamá y una de sus amigas; yo solté un comentario de que como mi tía y mi bisabuela habían tenido cáncer a la tiroides éramos propensas a tenerlo nosotras también y entonces ella me dijo que tuviese cuidado con lo que decía y me explicó cómo nuestras mentes llaman a las enfermedades. Que una vez a su hijo le dijeron "No andes a pies pelados, porque te vas a enfermar" Y luego, él se resfriaba.

Me dijo que estábamos en un sistema que nos decía tanto las cosas que nos podrían pasar que nuestra mente somatizaba lo que creíamos. Desde entonces traté con fuerza de no pensar en que cualquier cosa me podría pasar a mí, si hago o no hago tal cosa.

Nunca se me ha olvidado eso, ella me contó varias anécdotas que ahora mismo no recuerdo, pero que me hicieron creerle y a medida que he puesto en práctica el tener un pensamiento positivo y alejado de las enfermedades es que no me ha dado nada raro.

El problema es esta psicosis colectiva en la que todos creen que tal vez nos lleven a tener diversas enfermedades que quizá ni siquiera debiésemos tener.

Ahora pienso y recuerdo que hace un mes más o menos, mientras estaba un poco ebria y desabrigada en el patio de mi casa, en medio de una junta de primos, pensé poderosamente "Me voy a enfermar" Una semana después estaba enferma.

Nuestra mente es tan poderosa de hacernos creer y de lograr efectos a nivel de nuestra salud, porque realmente creemos y eso provoca que todo factor que nos lleve a esa enfermedad se desarrolle... Estoy tratando de decir que al pensar que podemos tener tal enfermedad, dejamos a nuestro cuerpo indefenso porque nuestro cerebro no cree que sea capaz de protegernos, pero se ha demostrado que la mente es poderosa.

Recuerdo claro el día cuando una compañera me dijo que probablemente ella misma había llamado a sus malas notas, porque partió el año diciendo "Me va a ir mal" y le fue mal. Que su marido le había diho que sus decretos eran poderosos. Entonces, me enseñó que nunca hay que decretar de manera negativa, porque se suprimía el "no". Es decir, si voy a decretar no debo decir "No me va a ir mal". Tengo que decir "Me va a ir bien".

Si ahora junto esas dos enseñanzas separadas en el tiempo, pienso que en realidad son cosas similares. Podríamos decretar "Vamos a tener una buena salud". Los médicos no debiesen ser parte de esa teoría absurda de que patología extrañana que hay, patología que le ocurre a un familiar o él mismo. La sociedad está tan arraigada a esa creencia que tal vez nosotros mismos llevamos las patologías extrañas a las familias. La única razón por la cual alguien podría tener una enfermedad es porque no se cuidó lo suficiente, no por creencias anticuadas. Y yo que estoy estudiando medicina no quiero ser la que llame algún malestar a los míos, así que hoy decreto:

"Mi familia y las familias de los médicos van a tener vidas saludables"

Y a aquellos que ya están siendo afectados, les deseo y decreto de todo corazón: "Todo va a estar bien".

martes, 28 de agosto de 2012

Carpe diem, tempus fugit

"Alguien dijo un día una indudable verdad: Olvidamos las pequeñas alegrías por lograr la gran felicidad" - Fantasía o Realidad, Alex Ubago

Me di cuenta que lo que más me ha ayudado a mantenerme en mi estado de felicidad es recordar esos pequeños momentos que Alex dijo que olvidábamos. Es extraño ver como existen canciones que te pueden dejar ese tipo de enseñanzas; creo que ya la he repetido tanto, esa canción en particular, que de cierta forma la tengo incorporada dentro de mí.

Porque díganme, ¿a quién no le ha pasado que cuando ocurrió algo particularmente divertido en tu día luego cuando lo recuerdas más tarde, te vas riendo solo? A mí me pasa muy seguido; recuerdo escenas que viví o que leí en algunas de esas historias que me gusta leer. Me encanta pensar en esas cosas, aunque la mayoría de la gente se extrañe de una chica loca que va sonriendo por la calle, como desentonando con el resto del mundo. De hecho, muchas veces trato de controlar mi sonrisa para que la gente no piense de mí esas cosas y ahora... yo creo que simplemente debería mostrarles mi sonrisa a todos.

Me gustaría dejar ese tipo de marca en el mundo. Una marca que haga que todos puedan sonreír, porque son incapaces de olvidar esos momentos de felicidad en su vida. Que sonrían sin necesidad de tener una razón por la cuál sonreír, simplemente por se siente feliz.

Obviamente no descarto que vayan a pasar cosas que los hagan sentirse tristes, porque es algo que va a suceder: Un corazón roto, la muerte de un familiar, un día de desánimo. 

El problema realmente está en que -a veces- en ese preciso momento, no somos capaces de recordar aquellos momentos divertidos. Y entonces nos falta ese alguien que nos diga: "¿Recuerdas esa cosa tan divertida que pasó hace tantos días?". Y que nos hagan reír.

Ojalá todos pudiésemos burlarnos de nosotros mismos y disfrutar más de las estupideces que pasan diariamente.

Veo a gente que alguna vez fueron amigon y ahora son incapaces de estar en el mismo lugar. Entonces, me pregunto si recordarán todas esas cosas chistosas que vivieron juntos. ¿Lo hará sonreír el recuerdo? ¿Ese recuerdo no es lo suficientemente poderoso como para que puedan por lo menos llevar una relación cordial en vez de no tener ninguna en absoluto?. Yo misma pasé por esa situación y puedo recordar cosas con diversión, añorarlos incluso, y aunque sé que ya no es lo mismo, podemos llevar una relación tranquila y disfrutan como lo harían un grupo de conocidas que se están haciendo totalmente amigas.

Creo que me desvié un poco del tema principal. Ahora quiero terminar con una sencilla tarea para el que lea esto: Recuerden los mejores momentos de su vida. La felicidad y las risas vendrán por sí solas.

Disfruten cada momento porque como dice mi frase favorita: El tiempo es fugaz, así que aprovecha el día.



miércoles, 8 de agosto de 2012

Tal cual soy

Me da gracia pensar que el lema de mi blog no puede ser más acertado. Estuve releyendo un par de entradas y me di cuenta que realmente no es tan difícil conocerme, después de todo. Tal vez sea un poco -muy- enigmática para describirme, para decir lo que pienso o lo que está pasando por mi mente. Pero... es cosa de meterse aquí y es como estar en mi cabeza. Tampoco soy tan críptica, aquí es muy fácil decir todo lo que estoy sintiendo, porque según yo nadie lee esto. 

De verdad, si una persona que realmente está interesada en conocerme debería leer mi blog. 

Hay personas que saben que yo escribo, pero nunca se han dado cuenta de la profundidad de las cosas que escribo. Debería sentirme molesta con las personas que me importan por no conocerme lo suficiente o por no interesarse en mí lo que me gustaría. Tal vez debería sentirme herida, pero no es así. Las pocas personas que leen mis cosas (por no decir la única que lee a parte de mí misma) saben lo compleja que puedo llegar a ser. Como lo estoy siendo ahora, básicamente me estoy quejando de que el mundo no me quiera lo suficiente. Y no estoy ni molesta ni herida. 

Me encanta darme cuenta que mientras haya alguien dispuesto a conocerme, yo estaré dispuesta igualmente a que me conozca. Tal vez sea un poco dura para soltar prenda, pero es tan simple como venir aquí y leer. El problema es que a la gente no le gusta mucho leer. Así que con eso resumo que son muy pocas las personas que me conocen realmente.

Es difícil darse a conocer, una vez una de mis compañeras de universidad me dijo que como yo tenía esta alma de escritora a mí me encantaba "dar" más que "recibir", como que me permitía más darme a conocer que escuchar y conocer a las otras personas, pero no es así. Yo soy más reflexiva. Me doy cuenta de lo que pasa a mi alrededor, a veces más que otras personas. Pongo de ejemplo que me di cuenta antes que mi mejor amiga que le gustaban ciertos chicos. 

Me encanta darle amor y cariño a las personas que quiero. Así como me encantaría recibir de  parte de ellos el mismo afecto, pero no sucede tan a menudo. Solía sentirme sola por eso.

Ahora trato de ser una persona más feliz y optimista; creo que en general ha funcionado. 

Sin embargo, ser feliz y optimista no quita que soy muy emocional. Lloro literalmente con todo. Todavía recuerdo cuando una amiga me dijo: "me encanta verte así de feliz" y yo casi me echo a llorar ahí mismo. Suena ridículo emocionarse por notar el cariño de los demás, pero así de apasionada puedo ser.

Vivo todo intensamente. Y me encanta ser así. 

Estoy demasiado contenta con ser yo.

Tierra trágame, mátame, patéame.

Hoy tengo esas ganas de querer salirme de mí misma y golpearme. Ojalá fuese posible.

Hace tiempo que no me sentía de esta manera... y yo debo ser muy idiota para que me esté pasando ahora. Porque al fin y al cabo "cosechas lo que siembras" y yo misma sembré la tontería que está creciendo en mí ahora. Es que... ¿a quién se le ocurre hacer lo que yo hago? Como que no quiero revelar mucho, porque eso significaría de cierta manera que estoy reconociéndolo públicamente.

Creo que de repente, nosotras las mujeres realmente nos ponemos estúpidas. En el fondo, siempre nos gusta  el tipo difícil, que nos ignora, que hay un coqueteo loco y no pasa nada, que después 'si te he visto, no me acuerdo'. Lo peor, lo peor... es que cuando el objeto de tus obsesiones es alguien con quién ya estuviste antes... y que su amistad te importa tanto, tanto, que jamás harás una movida, a menos que esa persona se lance. Pero es imposible que se lance por que... sí, adivinen quién fue la que terminó primero: yo.

Bueno, tal vez no es imposible que se lance, tal vez... podría pasar, pero enfrentémoslo. Si deja de ser difícil ¿seguirá teniendo el mismo encanto? Esto me huele a encaprichamiento adolescente. Y tengo que decirlo, la adolescencia me está dejando atrás. Así que me digo a mi misma: "Misma, déjate de llorar. Afronta las consecuencias. Enfócate en lo que tienes que hacer".

Pero me siento tan estúpida que solo pido: Tierra trágame. Tierra azótame. Tierra patéame. Tierra mátame.

O resetea mi cerebro.

sábado, 31 de marzo de 2012

Errar y perdonar nos hace humanos

Yo sabía que todos los seres humanos tenemos nuestra parte mala y nuestra parte buena. También existen algunos que tienen la parte mala tan llamativa que opacan lo que tienen de bueno y existen personas que se ven absolutamente buenas, casi perfectas que uno se llega a confundir y de repente te das cuenta que como todo humanos, también cometen errores y tienen defectos.

Me ha llegado a molestar que la gente esté tan densa, tratando de hacerles ver al mundo que su opinión es la correcta que al final se terminan equivocando de todas maneras. El problema de ser humano, es que irremediablemente vamos a estar metidos en cuestiones sociales todos los días de nuestra vida. Y esas cuestiones pueden ser tanto buenas como malas. 

Hace un tiempo aprendí que cuando una persona se equivoca necesita pedir perdón y ser perdonado. Y la persona ofendida necesita perdonar, aunque la relación no vuelva a ser la misma. 

Mantener los rencores es lo peor que una persona puede hacer consigo mismo. Ni siquiera es para aliviar a la persona que necesita que le des su perdón, no, es para que tú mismo no te sientas envenenado con los malos pensamientos, con la molestia de que esa persona te hizo tal cosa. Pedir perdón y perdonar son las únicas cosas que todos deberíamos ser capaces de hacer sí o sí. 

"Perdóname" y "Te perdono" deben ser las palabras más difíciles de decir en la vida. Y creo que cuando una persona es capaz de hacerlo con sinceridad, es cuando cualquier problema o disyunción ha sido superado. Y una vez mi profesor de filosofía me dijo que cuando una persona quemaba etapas, quería decir que las maduraba. Por lo que podría decirse que si yo supero tal problema, lo maduré. 

Madurar... ese es otro concepto que está muy mal enfocado. Madurar no tiene nada que ver con desechar las cosas y dejarlas atrás, tiene que ver con que uno sea capaz de superarlas... y para darse cuenta de que lo superaste tienes que enfrentarte al problema de nuevo y darte cuenta de que ya no te afecta en lo absoluto.

Si hay algo que he aprendido en esta vida, es que nunca podremos estar convencidos de haber superado algo. Porque si le seguimos dando vuelta al mismo asunto, es porque claramente hay algo pendiente.

Si tienes algo pendiente, resuélvelo.

viernes, 20 de enero de 2012

Las vueltas que da la vida

Hay cosas que nunca te imaginas que van a suceder. A veces piensas que la vida de algún modo, de cierta forma se ha acabado o ha perdido el sentido, pero... simplemente no es así. Solamente las cosas han cambiado y si tú no cambias junto con ellas, las diferencias, las incongruencias que ves terminarán por darte vuelta el mundo.

Algún día de este año (o cuando estaba terminando el anterior), mientras hablaban sobre que supuestamente este año se acaba el mundo, una psíquica dijo que este año no sería el fin del mundo literalmente como lo dice la palabra, sino que sería el fin del mundo como lo conocemos. Supongo que de una u otra forma tiene sentido, porque en una semana pueden pasar muchas cosas. Mi primera semana del año fue así. La segunda fue como la calma después de la tormenta, pero después de esa calma puede pasar cualquier cosa y lo comprobé, porque esta ha sido otra semana de locos y solo es la tercera del año.

Descubrí que si no miro las cosas con un poco más de optimismo, aunque la "tormenta" esté arrasando conmigo, no habrá nadie que me ayude a ver las cosas de otra perspectiva. Estamos rodeados de gente que empuja su opinión hacia ti y tú debes tratar de armarte una propia, pero al final terminas apoyando más una opinión que otra y decides que esa es "tu opinión". Sin embargo, no es así. No es bueno dejarse llevar por lo que opinen los demás, mas la mayoría de las veces lo hacemos, y lo volvemos a hacer una, y otra, y otra, y otra vez.

Uno debería de pensar con esto, "solo mi opinión vale". No es cierto. Una cosa es que uno se forme su propia opinión y otra cosa muy distinta es que estés en la posición correcta. Y ¿qué es lo correcto?.

En clases de ética vimos que por años, muchísimos años, varios filósofos han estado en busca de la verdad. ¿Y saben qué? Nadie la ha encontrado, se supone. Yo creo que sí hay gente que la ha encontrado, solo que no podía decir la verdad que descubrió, porque la descubrió cuando ya no tenía contacto con nuestro mundo. O tal vez la descubrieron mientas agonizaban y podían decírnosla, pero esas personas adquirieron esa sabiduría que les decía que cada uno de nosotros debe descubrirlo por su cuenta y que cada uno tiene una verdad que descubrir, un destino trazado, un sentido de la vida.

Muchas veces me pregunté ¿por qué estoy aquí? ¿cuál es mi propósito en la vida? ¿qué hubo antes de mi nacimiento? ¿qué hay después de mi muerte?. No lo sé. Lo único que sé es que estoy aquí para descubrirlo.

miércoles, 4 de enero de 2012

Vocación

Hoy salí a un centro comercial con mi mejor amiga. Hace muchísimo tiempo que no salíamos y disfrutábamos de cosas tan sencillas como hablar de todo y nada, de reírnos de las anécdotas, de todo en general. Creo que me sirvió este día para darme cuenta de muchas cosas. Darme cuenta de que a pesar de que pase el tiempo y que a estas alturas irremediablemente nos alejamos mutuamente seguimos compartiendo esa conexión, que no se rompió durante meses que pasamos sin hablarnos ni vernos.

Sin embargo, eso no fue lo que me llevó a llegar a escribir esto.

Nos metimos a una tienda que vendía música y libros varios. Obvio, ambas fanáticas de la buena lectura nos decantamos por la última opción. Estuvimos como una hora  allí... me sacó de la tienda para ir a buscar lo que teníamos que buscar. Pero fracasamos cuando pasamos al lado de una librería, hasta podía sentir el aroma de las hojas de los libros emergiendo, llamando.

Ninguna pudo resistirse y allí, mientras acariciaba las portadas de los libros, buscando algo interesante. Sentí algo extraño en mí, sentí que algo estaba mal. Pensé seriamente que no podía ser posible que yo estuviese estudiando medicina, después ni siquiera podría leer y escribir continuamente. Pero luego me dije: para eso existen las vacaciones y tampoco soy tan buena escribiendo. Es un hobbie.

Ya cuando iba en la micro, sola, mi corazón calmó mi inquietud. Si realmente no quisiera ayudar a la gente, nunca habría entrado a medicina. Y siempre puedo escribir en mi querido blog cuando me sienta sobrepasada y darme un respiro.


martes, 3 de enero de 2012

Humana

No puedo evitar tener errores. Bueno, sí que podría evitarlos, pero cuando uno toma una decisión no sabe si está errada o no. Yo decidí malgastar mi tiempo de estudio en otras cosas y he aquí las consecuencias, debo repetir un curso.

Sé lo que se siente cuando esperan mucho de ti. Supongo que la presión, el pesar sobre ciertas cosas, los malos recuerdos, las horas de ocio extra se acumularon para pegarme un coscorrón harto duro. Estoy cansada de llorar por los demás. Todos, deberíamos de dejar de esperar algo de los demás, deberíamos dejar de querer desesperadamente las cosas. Esfuércense, pero sean humildes cuando la recompensa llegue. No se confíen, nunca confíen en nadie, ni siquiera en ustedes mismos.

Hace unos días me di cuenta que no podré evitar que las personas que quiero sufran por algunas cosas. Sin embargo, hay cosas que dependen de uno... Hoy, pensé que hay algo profundamente arraigado en mí que debería de soltar, pero me pregunté ¿realmente vale la pena? ¿acaso es necesario romper la burbuja de los secretos para que la gente te pueda comprender al cien por ciento?. Alguien dijo una frase que no sé si encontrarla cierta o no, es algo confusa y da para reflexionar: "Todos tienen secretos. Los llaman así por una razón"

Soy humana. Cometo errores, omito información importante (de algunas me arrepiento, de otras no aún), me dejo estar, daño a la gente y me daño a mí misma. No soy un ser todopoderoso que puede controlar las cosas y siempre he creído que todo pasa por algo, por más dificultoso o doloroso que sea.

Hay gente que probablemente no puedan entender qué es lo que me refiero. Ni mis propios padres podrían entenderlo (aunque los puede sorprender cuánto realmente te conocen tus padres, aunque tu pienses que no es sí). Ni yo sé perfectamente por qué he tomado algunas decisiones, uno no siempre maquina las cosas con doble sentido, con un propósito en particular. No sé siquiera por qué estoy escribiendo esto, solo hay dos personas en este mundo que leen mi blog: una amiga y yo, aunque podría agregar a una tercera... pero ni de eso estoy segura.

A veces pienso que el que escribe la historia de mi vida tiene que tener una cabeza tan retorcida como la mía, porque a veces (bastantes veces) me sorprendo a mí misma. Es como si mi alter ego se saliera de mi cuerpo para escribir las palabras que yo no puedo poner en mi boca.

Por eso escribo, para ver si alguien ahí, puede llegar a comprender algo. A ver si de repente me sale un héroe que venga a rescatar a esta pobre humana estúpida que comete errores... como todos.